Pesadez... [Libre]

No tenía mucho que hacer en este momento, realmente era mejor salir a dar un paseo a quedarme recluida en mi habitación. Me había autorizado el no asistir a clases ese día, por lo tanto estuve rondando uno de los parques de la zona, el menos concurrido porque tampoco quería estar llena de bulla que apabullara mis delicados oídos, si, eran delicados. Al ver no muy lejos una banca relativamente cerca a una fuente, me acerque y me deje caer sentada en ella como si fuera un costal. No estaba propiamente cansada, pero era mi modo de decir al mundo "Hey, estoy harta de ustedes". Suspire, cerre mis ojos y lleve el antebrazo a mi frente mientras me reclinaba hacia atras, así me cubría un poco del sol que había. Nadie sería tan tonto de acercarse a mí, o eso suponía.

Ese día Tina había tenido que faltar a la escuela porque sus padres no podían cuidar a sus hermanos y ella tenía que hacer el papel de niñera. Uno de ellos ya estaba en la primaria, pero los otros dos aún no entraban a la escuela. Había estado en un dilema sobre si mantenerlos en casa todo el día o sacarlos un rato al parque. Al final se decidió por el parque. Quizá después de un rato, sus hermanos se cansarían y podría regresar a casa temprano a hacer la comida y ponerse al corriente con la tarea.

Eligió un parque no muy concurrido para llevarlos a pasear. Era más sencillo vigilarlos de esa manera. En cuando los dos niños tuvieron oportunidad, se soltaron de su mano y corrieron hacia una fuente cercana. Tina suspiró. Era imposible controlar a ese par. Dejó que los dos niños se pusieran a jugar con el agua de la fuente, mientras que ella volteó alrededor buscando un lugar para sentarse.

No muy lejos, había una banca ocupada por una chica rubia que estaba segura de haber visto antes. Sí, definitivamente la había visto en McKinley. Se preguntó porqué estaría en el parque si se suponía que era día de escuela. Caminó hacia donde se encontraba y se detuvo frente a ella. - Hola. Megan, ¿cierto? - le preguntó con una sonrisa. - ¿Te molesta si me siento?

Fue algo que no esperaba sin duda alguna, una voz dirigiéndose a mí de un momento a otro, por lo cual no me quedo más que mirar de quien se trataba. Era una mujer, pero no una cualquiera. Aunque no era de fijarme en las personas demasiado en algunas ocasiones, a esa chica la conocía, por lo menos de vista, era de mi escuela. -Si... soy Megan, y tu... Tina, ¿a que si?- baje lentamente el brazo para acomodarme mejor, cruzándome de piernas y apoyando el codo en la rodilla superior, y la cara en la palma de esa mano para mirarla por un momento con atención. - ¿No me digas que tu también te has saltado las clases?- le pregunte algo curiosa, la verdad me había sorprendido verla aunque mucho no pareciera por mi expresión calmada.